A la hora de conseguir
financiación para poner en marcha un negocio es recomendable conocer todas las
posibilidades para elegir aquella que se adapte mejor a nuestros intereses.
Existen distintas modalidades para obtener capital de terceros.
Los conocidos como ‘Business angels’ son personas
con solvencia económica que invierten su dinero en nuevas empresas, además
participan poco en su puesta en marcha y desarrollo. Es una de las fórmulas con
más posibilidades que tienen los emprendedores para obtener crédito. En España existe
la Red Española de Business Angels, organismo privado integrado dentro de la
European Business Angels Network.
Otra opción es el capital de
riesgo, una actividad desarrollada por entidades financieras especializadas que
aportan su capital de forma temporal a empresas que no coticen en mercados de
valores. Su objetivo es contribuir al desarrollo y expansión de la empresa
durante un periodo de tres a cinco años. Consultando la web de la Asociación
Española de Entidades de Capital de Riesgo pueden encontrarse las empresas que
se dedican a esta función.
En tercer lugar encontramos los
sistemas de financiación alternativos que corresponden con las ayudas y
subvenciones destinadas a la creación y afianzamiento de las empresas. Existen
diferentes modalidades como ayudas a fondo perdido, préstamos en condiciones
especiales, bonificaciones, reducciones de costes, etc. Además de las ayudas de
carácter local, autonómico y nacional; existen subvenciones proporcionadas por
la Unión Europea, como fondos estructurales y programas para facilitar el
crédito.
En este campo las posibilidades
son muy variadas, existen sociedades que ofrecen avales a los nuevos
empresarios para facilitarles el acceso al crédito por parte de las entidades
financieras. Las Cámaras de Comercio o las asociaciones de jóvenes empresarios,
inversores y emprendedores de Internet y emprendedores, asesoran a los
empresarios sobre el acceso a la financiación.
Por último, se encuentran las
entidades financieras tradicionales, aunque en condiciones económicas adversas
no suelen ser una opción muy válida para emprendedores, puesto que no
acostumbran a arriesgar capital.